La Infertilidad Masculina
La infertilidad del varón-factor representa 30-40% de todos los casos de infertilidad. Un análisis del semen es una prueba fácil, no invasiva, que debe ser una parte temprana de la evaluación para las parejas heterosexuales.
Analizamos los siguientes parámetros para un análisis de semen volumen:
El historial médico del varón puede sugerir ciertos factores del estilo de vida que se podrían modificar para mejorar la calidad/la cantidad del esperma. Estos incluyen la cesación de fumar, comer una dieta saludable y evitar el calor. Los hombres que están tratando activamente de concebir deben limitar su uso de saunas, bañeras de hidromasaje, hidromasajes, y baños de remojo.
El estudio del paciente varón dependerá de la severidad del problema, de la edad de su pareja femenina, y del tipo de tratamiento que están dispuestos a experimentar como pareja. La consulta con un urólogo (especialista en fertilidad masculina) puede ser ofrecida si el varón desea concebir lo más naturalmente posible.
Tratamiento de la Infertilidad Masculina
La infertilidad masculina no se puede tratar con eficacia con las drogas de fertilidad. En casos raros el varón se puede tratar con las medicaciones tales como Clomid. Estos tratamientos pueden tardar varios meses en ser efectivos. Para los problemas leves, la inseminación intrauterina (también conocida como inseminación artificial) es a menudo la primera línea terapéutica. Esto se puede combinar con las medicaciones de inducción de la ovulación para que la mujer aumente el número de óvulos maduros producidos para ese ciclo. La mayoría de las parejas experimentan 3-6 ciclos con inseminación intrauterina antes de pasar a FIV si es necesario.
La infertilidad masculina de moderada a severa se puede tratar usando la inyección intracitoplásmica de la esperma (ICSI), una técnica avanzada del laboratorio de IVF. El ICSI se realiza como parte del ciclo de FIV. En ICSI, un solo espermatozoide, que se recoge por la masturbación o la biopsia, se inyecta directamente en el óvulo. ICSI hace posible que un hombre pueda engendrar un hijo aunque no haya espermatozoides en el eyaculado. El esperma se puede obtener directamente del tracto reproductivo usando la extracción testicular de la esperma (TESE), la aspiración testicular de la esperma (TESA) o la aspiración microquirúrgica de la esperma del epidídimo (MESA). Estas técnicas avanzadas serán realizadas por un urólogo que se especializa en la infertilidad masculina. La ICSI también se puede utilizar cuando una pareja ha experimentado una fertilización fallida en un ciclo de FIV anterior.
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