Un sonograma pélvico (o ultrasonido) es uno de los procedimientos más comúnmente realizados por los especialistas en fertilidad. Se inserta una sonda delgada en la vagina para obtener una visión directa de los órganos reproductivos (útero y ovarios). Las trompas de Falopio no se ven bien durante esta prueba. Las ondas sonoras sales de la sonda y son retornadas de nuevo por los tejidos del cuerpo y los datos se traducen en imágenes. Es un procedimiento indoloro. Tiene diferentes usos dependiendo de cuando se realiza durante el ciclo menstrual. Una exploración hecha temprano en el ciclo se puede utilizar para una visión total de la anatomía y para la medida del recuento básico del folículo del antro (una medida de la reserva ovárica). Una exploración realizada durante la fase folicular nos puede decir cómo una mujer está respondiendo a los medicamentos de inducción de la ovulación (un tipo de tratamiento de fertilidad). Esto nos da la oportunidad de ajustar sus medicaciones. Esto es especialmente importante durante un ciclo de FIV cuando se administran dosis grandes de gonadotropinas (medicamentos inyectables).

En el punto más bajo del ciclo menstrual, el sonograma puede decirnos qué tan cerca está una mujer de la ovulación. Esto nos permite identificar mejor el momento ideal para la inseminación intrauterina y tener relaciones con su pareja.